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JACQUELIN SMITH

Chica tĆ­mida

 

Cuando visitƩ el barco por primera vez, era tƭmido.

Ametha y Zazu abrieron

y tendieron sus manos.

 

Abrƭ mis pequeƱas manos y coloquƩ

una mano en la palma de ZazĆŗ,

el otro en la palma de Ametha,

 

y se envolvieron

sus dedos largos y blancos alrededor

mis manos. SabĆ­a que estaba a salvo,

sumergido en el amor.

Charla de estrellas

 

En el lenguaje silencioso de la charla estelar

no hay charla sin sentido,

sin pensamientos sin sentido,

 

solo la alegrĆ­a de comunicar

directamente del corazĆ³n.

los ojos de ametha

 

Cuando miro a los ojos de mi madre,

Me arremolino en innumerables

universos, mƔs allƔ del infinito

donde solo hay amor.

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